“…No huye el que se retira —respondió don Quijote—, porque has de saber, Sancho, que la valentía que no se funda sobre la base de la prudencia se llama temeridad, y las hazañas del temerario más se atribuyen a la buena fortuna que a su ánimo. Y, así, yo confieso que me he retirado, pero no huido, y en esto he imitado a muchos valientes que se han guardado para tiempos mejores, y de esto están las historias llenas, las cuales, por no serte a ti de provecho ni a mí de gusto, no te las refiero ahora…”.
- Don Quijote de La Mancha, capítulo XXVIII (fragmento).
Vía La Biblioteca de Alexandria.
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