LITERATURA- ANTONIO MACHADO, DESDE BAEZA.


AÑORANZA DE LEONOR Y DE LA PRIMAVERA SORIANA.

El 1 de agosto de 1912, fallecía su jovencísima esposa Leonor; para a la semana siguiente, el 8 de agosto, Antonio Machado "escaparse", acompañada por su madres doña Ana Ruiz, de Soria, en dirección a Madrid. Pidiendo, a continuación, obtener un traslado a Andalucía. Para el 15 de octubre de 1912 ser nombrado catedrático de Lengua Francesa en el Instituto General y Técnico de Baeza; a donde llegaría catorce días después y tomar posesión de su plaza el 1 de noviembre de 1912. Todo ello bajo la inmensa tensión, dolor y tristeza que le había supuesto la pérdida de Leonor:
"... La muerte de mi mujer dejó mi espíritu desgarrado. Mi mujer era una criatura angelical segada por la muerte cruelmente. Yo tenía adoración por ella; pero sobre el amor está la piedad. Yo hubiera dado mil vidas por la suya. No creo que haya nada extraordinario en este sentimiento mío. Algo inmortal hay en nosotros que quisiera morir con lo que muerte. Tal vez por esto viniera Dios al mundo. Pensando en esto, me consuela algo. Tengo a veces esperanza. Un fe negativa es también absurda. Sin embargo, el golpe fue terrible y no creo haberme repuesto. Mientras luché a su lado contra lo irremediable me sostenía mi conciencia de sufrir mucho más que ella, pues ella, al fin, no pensó nunca en morirse y su enfermedad no era dolorosa. En fin, hoy vive en mí más que nunca y algunas veces creo firmemente que la he de recobrar. Paciencia, y humildad." (Carta de Antonio Machado a Miguel de Unamuno; desde Baeza en 1913).
Sería en Baeza en donde Antonio Machado escribía una carta-poema -fechada el 29 de abril de 1913- a José María Palacio, maestro y periodista, e incluso medio pariente, que vivía en Soria donde habían sido compañeros y amigos, en la que realizaría un recuerdo al paisaje soriano, en medio de un tensión dominada por el recuerdo y la añoranza de la primavera sorianas que ocuparía la mayor parte de esta carta-poema... y que finaliza con una alusión directa al Espino, el monte cercano a Soria donde se encontraba el cementerio de la ciudad; en donde se encontraba enterrada Leonor, con unos puntos suspensivos que nos pueden hacer pensar que se le hacía imposible vivir al sentirse derrumbado por la muerte de su esposa, y en donde le solicita que vaya para ponerle unas flores...
Carta-poema bajo el título de "A JOSÉ MARÍA PALACIO", que formaría parte de su colección "Campos de Castilla"; donde se sirve de una combinación de endecasílabos y heptasílabos, utilizando, además, una rima asonante. Y que Antonio Machado inicia dirigiéndose a su buen amigo Palacio, para seguidamente realizar una localización geográfica que nos deja a las claras donde se encuentran sus pensamientos: "... estepa del alto Duero, Primavera tarda... Moncayo / allá en el cielo de Aragón.
Versos que, a continuación, reproducimos:
"A JOSÉ MARÍA PALACIO.
Palacio, buen amigo,
¿está la primavera,
vistiendo ya las ramas de los chopos,
del río y los caminos. En la estepa,
del alto Duero, Primavera tarda,
¡pero es tan bella y dulce cuando llega!...
¿Tienen los viejos olmos,
algunas hojas nuevas?
Aun las acacias estarán desnudas,
y nevados los montes de las sierras.
¡Oh mole del Moncayo blanca y rosa,
allá en el cielo de Aragón, tan bella!
¿Hay zarzas florecidas
entre las grises peñas,
y blancas margaritas
entre fina hierba?
Por esos campanarios
ya habrán ido llegando las cigüeñas.
Habrás trigales verdes,
y mulas pardas en las sementeras,
y labriegos que siembran los tardíos
con las lluvias de abril. Ya las abejas
libarán del tomillo y el romero.
¿Hay ciruelos en flor? ¿Quedan violetas?
Furtivos cazadores, los reclamos
de la perdiz bajo las capas luengas,
no faltarán. Palacio, buen amigo,
¿tienen ya ruiseñores las riberas?
Con los primeros lirios
y las primeras rosas de las huertas,
en una tarde azul, sube al Espino,
al alto Espino donde está su tierra....
Antonio MACHADO.
Baeza, 29 de abril de 1913."
(Fuente: Antonio Machado. "A José María Palacio", que ocuparía el lugar XXX de su libro "Campos de Castilla"; cuya primera edición, un tanto modesta, había aparecido en 1912. Para posteriormente ir añadiendo diversos materiales poéticos que harían que fuera más abundante el número de los poemas publicados.
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