Anécdota de inventores

 En 1896, Thomas Edison, el gran inventor de la bombilla eléctrica, estaba trabajando en el diseño de un automóvil cuando se enteró de que un joven de su empresa había creado un automóvil experimental. Edison conoció a este joven, Henry Ford, en una fiesta de la empresa en Nueva York y quedó profundamente impresionado por su idea del automóvil impulsado por gasolina. Edison, que había estado considerando la electricidad como fuente de energía, animó con entusiasmo a Ford, diciendo: "Joven, ¡eso es lo que buscas! ¡Lo tienes! ¡Creo que estás en lo cierto! ¡Te animo a que continúes con tus investigaciones!". Alentado por el respetado inventor, Henry Ford continuó su trabajo y finalmente inventó un automóvil que lo hizo rico. El 9 de diciembre de 1914, el laboratorio y la fábrica de Edison fueron destruidos por un incendio. A los 67 años, los daños fueron demasiado graves para que el seguro los cubriera. Antes de que las cenizas se enfriaran, Henry Ford le entregó a Edison un cheque por $750,000 con una nota que decía que Edison podría tener más si lo necesitaba. En 1916, Ford trasladó su casa al lado de la de Edison. Cuando Edison quedó confinado a una silla de ruedas, Ford también recibió una silla de ruedas para que pudieran competir entre ellos.

Thomas Edison hizo que Henry Ford creyera en sí mismo, creando una amistad para toda la vida.






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