La pintura “Vagón de tercera clase” es una representación vívida de la sociedad del siglo XIX y sus divisiones clasistas a través del prisma del transporte ferroviario. Daumier, conocido por su aguda crítica social a través del arte, captura en esta obra maestra no solo una escena de la vida cotidiana sino también un profundo comentario social.
Realizada alrededor de 1862-1864, esta obra muestra un interior crudo y sombrío de un vagón de tercera clase, lleno de pasajeros. A diferencia de las representaciones idealizadas de la época, Daumier elige mostrar la realidad sin adornos de las clases trabajadoras durante sus viajes. La composición está dominada por líneas horizontales y verticales que refuerzan la sensación de opresión y confinamiento. La iluminación tenue y la paleta de colores sombríos subrayan el ambiente austero y la dura realidad de los viajeros.
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