La primera profecía es
la precuela del clásico del cine de terror “La profecía” (The Omen, Richard Donner
1976), que muestra la niñez del Anticristo. En esta ocasión, está dirigida por
la debutante Arkasha Stevenson protagonizada por Nell Tiger Free, Sonia Braga,
Bill Nighy, Maria Caballero, Charles Dance y Ralph Ineson como el Padre Brenan
en reemplazo de Patrick Thoughton, entre otros.
La historia se centra en
Margaret (Free), una joven novicia que viaja a Roma para trabajar en un orfanato
antes de tomar los votos para convertirse en monja. Pero se ve envuelta en una
conspiración que la hace dudar de su fe, ya que buscan hacer nacer al
Anticristo.
En primer lugar, es necesario
destacar que su directora respeta la puesta en escena de la película que
precede, no sólo mediante homenajes como su banda sonora, por la que Jerry
Goldsmith ganó el Oscar, que suena en momentos clave, u otra escena donde una
monja se suicida arrojándose de un balcón a la vista de un grupo de niños. Sino
también por la construcción de climas de extrañamiento, que preceden a
efectivos jumpscares que
sobresaltan al espectador liberando la tensión acumulada previamente, haciendo
un uso eficaz de las reglas del género.
Pero lo que realmente hace
funcionar esta historia es su anclaje con el marco teórico anclado en las
creencias de la doctrina cristiana, que explica las causas del mal que se
oculta dentro de las instituciones religiosas en lugar de regodearse en un
morbo sin sentido. Ya que además de aportar verosimilitud a la confusión que
experimenta su protagonista, genera la empatía necesaria con los espectadores
como para invitarlos a la reflexión sobre cuestiones éticas y apocalípticas.
En conclusión, La
primera profecía es una película que, a diferencia de las fallidas
continuaciones tardías de los clásicos del terror, funciona satisfactoriamente,
porque tiene presente al espectador en todo momento. Tanto entreteniéndose a
base de tensión y sustos efectivos, como invitándolo a reflexionar sobre la
habilidad de las entidades malignas para generar confusión.
PATRICIO FERRO
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