Borges y la inmortalidad

    Periodista: —¡Pero usted ya se ha ganado la inmortalidad!

Borges: —Caramba, eso es terrible. La inmortalidad puede ser algo espantoso. Yo aspiro a la muerte, a la muerte total. Uno de mis temores es no morir, no desaparecer completamente; tengo la esperanza de la muerte. Después de todo las pruebas de que somos mortales son de carácter estadístico; puede ocurrir que con nosotros se inaugure una generación de inmortales. Sería una condena aterradora, ¿no? Bueno, hay algunos a los que les ha interesado la inmortalidad: Unamuno, por ejemplo, y, más hacia nuestros días, Sabato. A Sabato le interesa la inmortalidad, le interesa pasar a la posteridad. Él me dijo una vez que escribía para la posteridad. ¡Qué raro que alguien sienta esa misión! Oscar Wilde decía que la posteridad no ha hecho nada por nosotros.
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